Capítulo 37
Cabeza De Playa
—Ha
llegado el momento de
dejar de ser los subordinados de otra nación y de permitir que las vidas de
nuestros compatriotas perezcan por razón del cancer, las bombas y no menos
importante, el dejar que nuestro orgullo como ciudadanos libres de este país y
del mundo sea sojuzgado y pisoteado contra nuestra voluntad y nuestra dignidad...
La voz de la senadora resonaba en el
salón mientras gritaba su alocución—desde lo profundo de sus pulmones—de manera
desafiante y energica.
La expresión en el rostro de Marylourdes
San Inocencio era tan impactante como su tono vocal. Este había sido forjado
por años de estudio, protestas, dificultades financieras y campanas electorales
que la habían llevado hasta su banca minoritaria del cuerpo legislativo.
Alta, clásica y siempre elegante, su calmado
desenvolvimiento mientras caminaba
hacia su asiento en el edificio de la legislatura puertorriqueña estaba siempre en total oposición con su
estridente y directa presencia. Su voz, natural y articulada, era de cierta manera
el modus vivendi y operandi de algunos de sus contrapartes, senadores y
representantes, que pululaban los recintos del llamado ‘Capitolio Del Pueblo’.
El edificio que albergaba la legislatura
había sido concebido por el entonces comisionado residente en el congreso
estadounidense Luis Muñoz Rivera y era,
en su visión de futuro y aspiraciones, parcialmente destinado a mostrar la
existencia de un grado de legalidad civil en la isla. Por el momento esta era
reconocida a nivel mundial como una colonia de los Estados Unidos De
Norteamerica.
El proyecto, originalmente financiado por
un presupuesto de cuatro millones de dólares,
fue puesto en marcha luego de que se recibieran las propuestas de diseño arquitectónico
por parte de varios diseñadores y contratistas y que estas fueran revisadas y aprobadas.
Las especificaciones del edificio debían ser suficientes para dar cabida a cámaras
separadas que albergasen las tres ramas principales de gobierno; estas eran al
momento: el consejo ejecutivo, la casa de los delegados y la corte suprema.
Se requería que el proyecto fuera
simple, conservador y apropiado al terreno y las condiciones del tiempo. Diseños
fueron sometidos y recibidos; estos comprendían la gama desde elegante hasta
eficientes.
Finalmente, el proyecto elegido fue el
sometido por el ingeniero de architectura Frank E Perkins que presentaba un
estilo neoclásico y con poca ornamentación. Los salones principales estaban organizados
alrededor de un patio central con la entrada del lado sur llevando al atrio
principal. La parte central del edificio estaba coronada por un esplendido domo
que tenia un parecido similar al panteón romano; esté tambien mostraba el óculo
en su parte superior.
El edificio esta hermosamente enmarcado
por el océano atlántico en el lado norte;
contrastando el palido color del mármol con la tonalidad azul profundo de las aguas caribeñas.
Al final, y después de varias
revisiones, una mezcla de estilos renacentistas y neoclásicos convirtió el edificio en la camara de representantes
y el senado, llegando estos a ser sus únicos usuarios. El edificio fue
inaugurado el dia 11 de Febrero del año de 1929.
Tres dias mas tarde, la primera asamblea
de delegados—representantes y senadores juntos—tuvo lugar en el recién nombrado
‘Capitolio del Pueblo’.
Ahora, iluminado por las luces bien
posicionadas y que reflejában en las planchas de mármol, el rostro de la
senadora SanInocencio se veía expresivo y confiado.
—Este
senado debe enviar un mensaje escrito y claro, libre de contradicciones y como una ordenanza al Congreso De Los estados
Unidos y a su presidente, estableciendo que la muerte de David Sanchez, así
como muchos más que han sucumbido ante el cáncer y otro tipo de enfermedades,
muchas de las cuales han sido innegable e inequívocamente relacionadas a las
substancias químicas usadas que se han utilizado en las islas menores, no serán
toleradas ya más. Esas prácticas
militares deben cesar inmediatamente, — su voz…desafiante.
—Es
tiempo de que las practicas con municiones vivas en las islas menores lleguen a
su final y que los terrenos contaminados por años y años del uso indiscriminado de armas, las cuales sabemos que descargan
materiales contaminantes y dañinos a la salud, sean dadas, luego de ser limpiadas,
de vuelta a los ciudadanos de Puerto Rico en conjunto a la par con una carta de
disculpas del régimen que nos ha invadido por cien años— anadió como en tono de orden.
—Esto
es materia de orgullo nacional y de dignidad, así como un asunto de salud
publica, pero por sobre todo, es una obligación moral de todos nosotros con las
futuras generaciones que nos seguirán.
—Si
este senado niega o procastina el juramento a nuestros constituyentes y a la ley
constitucional, entonces la única elección para el pueblo de Puerto Rico será confrontar,
en nuestros términos y en nuestras tierras las beligerantes fuerzas que
consideramos carecen del respeto requerido por los ciudadanos de este pais en
una manera pacifica pero activa, demostrada esta en rondas de protestas sin
paralelo en nuestra historia— concluyó vehementemente.
—Estas
son mis palabras para este senado y para el registro, Señor Presidente.
En
otra banca, bien en el extremo izquierdo del piso del senado, el senador
Ernesto Barrios comenzó a empacar algunos papeles dentro de su negro maletín de
mano.
Para el, pronunciar un discurso en lo
que sabia era un grupo de senadores conocidamente pro-americanos no parecía ser
una opción fecunda. Sabia que cien anos de lo que el percibía como puro
colonialismo, en su manera mas burda, había, en su opinión, subjugado la manera
de pensar de muchos residentes de la isla; algunos de sus lideres políticos, según
el, al tope de la lista.
Era tiempo de actuar; tiempo de poner
las acciones donde habían estado sus palabras. El momento de confrontar el ejército
más poderoso que había conocido la humanidad tocaba a sus puertas. Sentía que
el piso del senado no era, y probablemente nunca seria, el campo de batalla
para la empresa necesaria en pro de la liberación de las islas menores, de lo
que percibía como un trato colonial e injusto.
Desde ese momento, movería los esfuerzos
de lucha a los terrenos de la isla de Vieques; para el…terrenos sagrados.
—Primero
Vieques, luego Culebra y finalmente…Puerto Rico—pensó.
Desde
ese momento en adelante pondría una caseta de campañas en las tierras prohibidas y se sometería a
cualquier castigo que sus actos le infligieran. Las playas de la isla de
Vieques serian su hogar de ahí en adelante; su asiento de senador las arenas y
las rocas.
Se prometió a si mismo no regresar al
piso del senado o cualquier otro escenario político hasta que las islas fueran
libres o fuera arrestado. Estaba listo para sacrificar vida y estatus personal
con tal de ser un ejemplo que otros pudieran seguir.
Lo que precede es parte de la primera novela de ciencia ficción y acción que se escribe en Puerto Rico, THE FARM, por ALEXX RICE-EGEN. Este libro, ya esta disponible en su version de E-book y en lenguaje ingles, y narra aspectos de la cultura, folklore e historia de Puerto Rico.

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